
Hola! quiero contar mi testimonio sobre cómo fue mi paso por el suicidio (que gracias a Dios no fue). Pasé por una infancia complicada y poco feliz. Madre violenta, que descargaba sus frustraciones en mí, y un padre que no era malo, solo sé, lo que me contaron de él (mujeriego, alcohólico, violento, etc.). Mucho no recuerdo de todo eso. Tras la separación de ellos, incluida la distancia de más de 1000 km, entre ambos padres, a mis 8 años, mi madre nos trajo a vivir a Buenos Aires. Saltamos de casa en casa, de padrastros en padrastros, de escuela en escuela (incluyendo escuelas hogar). Al llegar a la adolescencia, a mis 17 años me enamoré perdidamente de un muchacho de la escuela secundaria, fue una relación buena al principio pero un poco turbia en lo implícito según recuerdo. Al cabo de 2 años la relación ya no daba para más. Tras realizar un aborto de esa relación, mi mundo interno fue de mal en peor, ya que él se ausentaba por varios días sin dar señales de vida y al volver a estar juntos inventaba historias muy extrañas. Pero lo amaba tanto que le creía. De tanto ir y venir en esa relación muy tóxica, mi mundo se oscurecía cada vez más... Yo trabajaba, estudiaba y vivía sola... Y en esos períodos de soledad, la ausencia de la persona que amaba más que a mí misma, era tan insoportable, era tanto dolor que sentía dentro de mí, que en la medida que pasaban los días sin verlo causaban dentro de mí un abismo, un hueco tan profundo, que asaltaban en mi mente "esos pensamientos"... ese abismo dentro de mí... ese hueco sin fin... provocaban que la vida no tuviera sentido para mí... TODO ERA DOLOR EN MÍ... dolor INSOPORTABLE!!! Dolor que quería que desapareciera... Hubo dos ocasiones en que intenté quitarme la vida...una de esas noches en que esperaba que él viniera, y no llegaba, veía a través de la ventana del baño hacia la cuadra por donde llegaba cualquier persona que bajara del colectivo y viniera hacia mi casa... y pasaban las horas y nada... y cuando sabía que él ya no vendría rompía en llanto, colapsaba mi alma y solo quería morir.....esa noche hice un intento, y justo entonces... entra al baño Diana, mi perra, una ovejero alemán que le había regalado a él, pero la dejó en mi casa. Mi perra se sienta a mi lado, me mira con esos ojos que te hablan... yo apenas con vos débil le dije: perdón Diana, ya no puedo más... y la miré a los ojos y la vi lagrimear...sí, vi lágrimas en sus ojos y escuchaba sus quejidos... lamió mi cara y la abracé.... me levanté del piso de la bañera y dormí con ella esa noche... al día siguiente fui a trabajar como cada día. Mis días siguieron pesados, pero siguieron.... en aquel entonces no había celulares, ni internet, por lo tanto, la comunicación no era fácil con nadie. Varios meses después, lo intento una segunda vez, era sábado por la noche, sentía ese mismo dolor, ese mismo abismo, ese hueco gigante sin fin dentro de mí.... no sé en qué momento, ni en qué circunstancias, solo puedo recordar que escuchaba ruidos de fondo, como muy lejos, golpes en la puerta de casa, apenas recuerdo si alguien entró y me levantó... o no sé... no tengo en claro que pasó...solo sé que aparecí en un hospital. Nunca supe quien me sacó de casa ni quien entró. Luego de eso, alguien, no recuerdo quien, me habló sobre salir adelante, sobre que nadie merecía mi vida de esa manera. tiempo después visité a mis ex suegros, les conté todo, sobre el aborto, sobre la ausencia y abandono de su hijo, sobre sus mentiras o inventos, y ellos lloraban por mí. Me mostraron un amor que no conocía.. y simplemente me dijeron: "él no vale la pena.. seguí con tu vida y sé feliz". Han pasado más de 30 años de aquél incidente y agradezco tanto lo que Dios usó para que mi vida no acabara en ese tiempo, tan joven, tan indefensa, tan sola... Aferrarse a la vida requiere valentía... ¿qué hacer cuando no la tengo? confiar en alguien, no estar sola/o, clamar a Dios...porque sé que Él responde. Realmente me dí cuenta con los años que nada ni nadie vale la pena nuestra vida... Debemos y podemos valorarnos a nosotras/os mismas/os sin depender de las personas y/o de las circunstancias. En mi caso, yo era dependiente emocional de un amor no correspondido, quizá alguien haya perdido un ser querido que se fue de este mundo y eso duele mucho, pero quien tiene una razón de ser encuentra en la vida muchas razones por las cuales vivir y replantearse ¿para qué he nacido? cuál es mi propósito en este mundo? Conozco el abismo.. conozco ese dolor insoportable.. pero quiero que sepan, encontré mi razón de ser y les prometo que todo valió la pena... hoy puedo ser fuerte para mí y para otros... LA VIDA VALE LA PENA VIVIRLA!!!
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